Esta pieza presenta a un superhéroe tipo Batman, con colores vibrantes y proporciones de figura de acción, colocado en un entorno natural dibujado con precisión y sobriedad en blanco y negro. A su lado, un árbol nudoso y expresivo parece casi humano, mientras un murciélago azul descansa entre sus ramas. La escena crea un juego visual y conceptual entre lo heroico y lo cotidiano, lo ficticio y lo real, desafiando la seriedad del ícono con un entorno contemplativo y casi melancólico.
El Guardián
Carboncillo en acrilico
































