Este díptico combina elementos botánicos y formas envolventes en una composición que sugiere santuarios naturales o relicarios simbólicos. Las figuras centrales —un árbol seco y una planta azul— se ubican dentro de espacios que evocan protección, útero o gruta, rodeadas de líneas fluidas en tonos tierra, turquesa y dorado. La obra explora la conexión entre lo vegetal y lo espiritual, entre lo interno y lo externo, en un lenguaje visual poético y profundo. Ideal para espacios donde el arte dialoga con la naturaleza, la introspección y lo simbólico.
Memoria Vegetal
Acrílico técnica mixtas
































