Este díptico presenta dos figuras humanas de perfil, estilizadas y abstractas, construidas mediante capas de texturas, letras, números y símbolos. Las cabezas se enfrentan como si mantuvieran un diálogo invisible, cargado de referencias al lenguaje, la identidad y la memoria. Con una paleta terrosa y trazos definidos, la obra evoca la arquitectura del pensamiento, lo racional y lo emocional entrelazados. Un trabajo introspectivo que invita a la contemplación sobre lo humano, ideal para espacios con carácter conceptual o artístico.
Rostros del Pensamiento
Acrílico técnica mixtas
































