En esta obra, una muñeca tipo Barbie aparece sentada sola en una banca de parque, en un entorno melancólico representado en escala de grises. A sus pies, un vaso y una botella vacía añaden un toque de dramatismo y simbolismo, sugiriendo abandono o introspección. El contraste entre la figura colorida y el fondo sombrío enfatiza el choque entre la perfección artificial y la crudeza de las emociones humanas. Una imagen potente que invita a la reflexión sobre los estereotipos y la vulnerabilidad.
Soledad en el Parque
Carboncillo en acrilico
































